Header Ads

El protocolo




"Protokolum", voz del griego tardío, que denomina la primera hoja que envolvía un rollo de papiro. Con mayor o menor fundamentación se puede afirmar que el vocablo señalaba, más bien, el material sobre el cual podría escribirse.

En el latín medieval "protocolum", significaba acta original o primer ejemplar de un documento.

El protocolo actual, supone una larga evolución hasta llegar a lo que es éste documento.
Según el tratadista Núñez Lagos y con él remontándonos a la evolución del principio de la rogación o  requerimiento que hemos visto anteriormente, cuando al recibir el encargo el Notario, ponía nota en el dorso del pergamino, redactando el contrato en el anverso y por último entregando el documento, sin que nada guardará para sí, posteriormente el Contrato fue escrito por el Notario en un pergamino de su propiedad que retenía en su poder, que hoy día constituiría la minuta (en la mayoría de las legislaciones ha ido desapareciendo la minuta, en cambio nuestra actual Ley del Notariado aun exige su uso).

En España, la pragmática de Alcalá de 1503 de Isabel la Católica, dispuso que los documentos se inscribieran in extenso con las expresiones y requisitos que detalla. 

Cada Notario debía tener un libro de protocolos encuadernado, debiendo ser diligente en guardar los libros de registros y protocolos.

El tratadista Pelosi, a propósito, advierte que los protocolos notariales no son libros, porque no son volúmenes cerrados y citándolo a Villalba Welsh, pide que tampoco se confunda el protocolo con el registro notarial, que implica una habilitación legal para ejercer funciones fedatarias.

No hay comentarios

Te invitamos a publicar tu duda, consulta que tengas en mente hacerlo o quizá complementar a la información respectiva.

Con la tecnología de Blogger.